El tenista argentino Diego Schwartzman arrasó en París, donde se juega Roland Garros, segundo y último Grand Slam de una temporada modificada por la pandemia del nuevo coronavirus.
La parálisis del tenis por la pandemia no parece haber afectado al deportista. Tras haber sido finalista en el Masters 1000 de Roma -perdió con Novak Djokovic (1°)-, "El Peque" apabulló al italiano Lorenzo Giustino (157°).
La realidad del argentino y el italiano son distintas, también en París. Schwartzman tuvo un debut mucho más corto y tranquilo que su rival ante el serbio Miomir Kecmanovic (41), a quien venció por 6-0, 6-1 y 6-3.
"Me sentí cómodo"
"Fue un gran partido de vuelta. Sabía que quizás en el comienzo él iba a estar un poco duro y le iba a costar por el partido de primera ronda. Me sentí cómodo. Aunque los nervios me jugaron una mala pasada en el segundo set, cuando quise hacer todo rápido, en el tercero volví a jugar muy bien y él ya se había ido cuesta arriba", analizó Schwartzman en ESPN.
En la tercera ronda, además, enfrentará a un rival ubicado fuera del top 100. Es que el eslovaco Norbert Gombos (106°) eliminó en el debut a Borna Coric (27°) y ahora se mide al austríaco Jurij Rodionov (170°), quien venía de ganarle al local Jeremy Chardy (65°).
A futuro
Al ser consultado sobre si estaba en un gran momento, el porteño dijo que se siente muy bien. "Hace dos semanas no, pero ahora sí me siento seguro de mí mismo. Es como la vida: a veces, uno pierde la confianza. Pero ahora estoy muy seguro de lo que estoy haciendo. Y las cosas están saliendo bien, así que es todo más fácil", respondió.